Nada es suficiente, ni nada es para siempre. Sin embargo, con cuánta facilidad olvidamos la verdad de esta contundente afirmación. Día a día nos apegamos a personas, cosas, bienes, riquezas, comodidades y a un sinfín de pretendidos satisfactores que proporcionan supuestas dosis de aparente felicidad.
Los únicos resultados que conseguimos son tristeza, frustración, envidia, desesperación, angustia y un vacío inmenso en lo más profundo del corazón. Peter Joseph, autor de los documentales Zeitgeist (que significa espíritu del tiempo) narró un cuento que aquí resumimos:
Un anciano empresario le regaló a su nieto el juego del Monopoly al cumplir 18 años. Era un chico ambicioso y quería superar la fortuna acumulada por su abuelo. Los dos pasaban horas jugando, pero el empresario siempre resultaba vencedor.
Un día, por fin, el joven ganó su primera partida y le presumió al abuelo las propiedades y dinero que obtuvo. El anciano simplemente le dijo: “Te felicito, has ganado la partida. Pero ahora devuelve todo lo que tienes en tus manos a la caja. Nada de esto fue realmente tuyo. Tan sólo te emocionaste por un rato. El juego de la vida es exactamente el mismo. Los jugadores vienen y se van”.
Finalmente, le planteó estas preguntas (que también nosotros debemos responder): “¿Qué pasará cuando consigas el ascenso profesional definitivo? ¿Cuándo hayas comprado todo lo que deseas? ¿Cuándo tengas suficiente seguridad financiera? ¿Cuándo hayas subido la escalera del éxito hasta el peldaño más alto que puedas alcanzar? ¿Qué pasará cuando la excitación desaparezca? Y créeme, desaparecerá. ¿Entonces qué? ¿Cuántos pasos tienes que caminar por esta senda antes de que veas a dónde conduce? Nada de lo que tengas va a ser nunca suficiente. Así que hazte a ti mismo una sola pregunta: ¿Qué es lo verdaderamente importante en la vida?”
Gracias por tu aporte. Saludos.