Felicidad de Oropel

Últimamente han surgido muchos libros de autoayuda que supuestamente proporcionan las claves, pasos, rutas y procedimientos para alcanzar la felicidad. Sin embargo, muchas veces se trata de una felicidad falsa, torpe, esquiva y ficticia; una burda felicidad disfrazada con ropajes de seda y oropel.

El oropel era una antigua lámina de cobre o de latón que se usaba para adornar escudos en el siglo XIII, y que por su brillo semejaban ser de oro. Lógicamente, en ocasiones se pretendía hacer pasar esos finos trabajos de orfebrería como si fueran de oro; los más incautos caían en las garras de aquellos voraces estafadores y usureros.

Eso mismo está aconteciendo actualmente con los mercaderes de una barata felicidad; pues, como dice, el filósofo español José Carlos Ruiz, nos han orillado a ser felices por obligación o por imitación: “Nos han sugestionado para sentirnos felices, pero ojo, que sentirnos felices no es lo mismo que serlo. Porque esta tiranía parte de una concepción interesada sobre una felicidad sentimental, emocional y ligera, algo instantáneo y fácil de adquirir. Nos han convertido en drogodependientes emocionales”.

Esta felicidad postiza, añadió, nos “espolea a tener nuestras listas para que vayamos verificando cada una de las dosis que consumimos: restaurantes de moda, viajes que no te puedes perder, el último gadget que acaba de salir al mercado, esas clases de zumba-yoga-boxing que son geniales, las sesiones de mindfulness, celebrar un brunch los viernes, tatuarse, ser hípster, maratoniano vegano”.

La oferta es tan amplia, señaló, que el sistema nos mantiene enganchados a una febril hiperactividad e hiperconsumo, de manera que teje una inmensa red que nos atrapa irremediablemente. Lo único que nos puede librar de esta vorágine, apuntó, es alentar el pensamiento crítico y mantener encendida una profunda reflexión.

¿Persigo una felicidad de oropel?

rfonseca@noroeste.com

rodifo54@hotmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Next Post

El arte de tener razón.

En la escuela socrática de Megara se promovía la discusión en aras de hacer prevalecer la tesis que se proponía. A esta estratagema se le denominó método erístico, del verbo griego ἐρίζειν (erízein), que significa reñir o discutir. Era un método adecuado, en el sentido de que se utilizaban el […]

+52 (668) 170 90 72